Los valores son uno de los pilares de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Este concepto nos puede ayudar a centrar nuestros objetivos en esta situación difícil derivada del COVID 19. Los valores representan una guía de actuación que dirigen nuestras conductas. Si tomamos la metáfora de una autopista, los valores serían los carriles por los que transitamos en una dirección como, por ejemplo, el norte. Nuestro coche tiene como dirección el norte. Los valores son viajes que duran toda la vida. Para llegar a los valores tenemos que plantearnos metas. Siguiendo con la metáfora de la autopista, el norte es nuestro valor y llegar a Galicia es nuestra meta, nuestro destino. Las metas pueden tener un principio y un final, mientras que los valores son direcciones que nos acompañan durante toda la vida.  Es decir el norte siempre va estar ahí.

Para conocer cuáles son nuestros valores tendremos que responder a una pregunta ¿Qué es lo que más me importa? Veámoslo con un ejemplo, tomemos un sector, el trabajo. Un aspecto significativo para muchos de nosotros y que es un tema preocupante por la situación que estamos atravesando.

Vamos a ver cuales serían nuestros valores, metas y acciones según esta área. Cuando hablamos de valores, hablamos de que es lo más importante para cada uno de nosotros, independientemente de lo que sea importante para otra persona. Cada uno de nosotros tiene sus valores, a veces, pueden coincidir  con los valores de otros o no.

Lo primero que haremos es definir qué es lo más importante para nosotros en el área laboral.

Valor: como hemos dicho, nos preguntamos: ¿Qué es lo que más me importa de mi trabajo?. Vamos a tomar como modelo el valor tolerancia. Para esta persona es importante que en su trabajo toleren sus ideas, así como tolerar los actos y las ideas de sus compañeros y superiores.

Una vez planteado el valor, vamos a poner una meta, un objetivo.

Meta: la pregunta es: ¿Cuál es mi objetivo? En el caso de esta persona le gustaría que sus emociones no tomasen el control cuando algún compañero contradice sus opiniones, también le gustaría ser más flexible con las opiniones de sus compañeros.

En este caso el sujeto ya tiene definido el destino, a dónde quiere llegar.

Ahora nos falta planificar cómo lo vamos a lograr.

Acciones: nos preguntamos: ¿Qué voy hacer para alcanzar mi objetivo? Podría establecer como objetivo a corto plazo, dejar que hable mi compañero y después dar mi opinión. A continuación, valoraremos las barreras, qué es lo que puede llegar a impedir mi objetivo y ver por qué no lo consigo para modificar la conducta. Como veis, del valor se desprenden, las metas para dirigir nuestra conducta y de estas se desglosan las acciones.

Resumiendo, el primer paso es definir mi valor: qué es lo mas importante para mí. El segundo paso, es definir metas y acciones. Para las acciones empezamos por las más sencillas, dado que cabe la posibilidad de que no lo consigamos en el primer intento. El tercer paso consiste en valorar las posibles barreras de actuación y los obstáculos con los que nos podemos encontrar. Por último, valorar el resultado, y decidir modificar la conducta o no.

En nuestro ejemplo para la persona, lo mas importante en el área laboral es la tolerancia. ¿Qué significa para él o ella ser tolerante? Que le respeten y respetar opiniones diferentes, ya sea con sus compañeros o superiores. Su meta es que cuando un compañero hable para expresarse, no debe dejarse llevar por emociones y pensamientos, por lo que ha decidido para la próxima reunión, estar atento a lo que dice su compañero, comprender su postura, respetando su turno de palabra y si no esta de acuerdo, cuando llegue su turno explicar el motivo.

Como hemos dicho anteriormente, nos encontraremos con barreras que nos impiden caminar en la dirección de nuestros valores. Para no dejarnos arrollar por ello, una pregunta que nos podemos hacer es: ¿Esto que estoy realizando va en la dirección de mis valores? Siguiendo con nuestro ejemplo una posible barrera puede ser la impaciencia, las ganas de dar su opinión en cuanto surja la discrepancia entre sus compañeros.

Esperamos que este post haya sido de utilidad, recuerda: Cada vez que mires en tu interior hazlo de manera compasiva, elige una dirección del camino y síguelo.

Micaela Echarren

Psicóloga del Equipo Psicoaula